La marca es una notoriedad.
Una marca desconocida es una marca sin valor. El consumidor preferirá aquellos
productos de marcas conocidas que le garanticen seguridad y calidad.
1. Cuando
envejeció. Eso sucede día a día. Mientras sus clientes envejecen y mueren, una nueva generación de clientes va entrando al
mercado. Entonces hay que renovarse. El envejecimiento de la
misma es progresivo sobre todo en pequeñas poblaciones. Más veces la ven; más
envejece. La experiencia
comercial la debe demostrar en todo, menos en la imagen, que ha de ser
coherente con la innovación y la actualidad. (dos conceptos de juventud) Es la
actitud hacia el futuro lo que se tiene que reflejar en la marca, siendo la
experiencia un intangible, solo valorado por el cliente cautivo. Y que será la
consecuencia de los procesos comerciales y nunca en un logotipo viejo, que
tiene la batalla perdida anticipadamente en el competitivo mercado.
2. Cuando
se deciden nuevos rumbos comerciales. Un rediseño de marca es una estrategia eficaz y de gran impacto
cuando necesitamos comunicar nuevas decisiones, nuevos dueños, creencias,
desafíos y cambios.
3. Cuando tu logotipo es parecido al de tu
competencia. Esto pasa cuando se
empieza a dar cuenta que hay competidores que usan colores o formas similares.
Su marca / logotipo no presenta diferenciación en el mercado y cuesta
reconocerlo en medio del océano de ofertas que se le parecen. Las pollajerías
usan pollos, las ópticas usan ojos, las farmacias usan cruces, las
inmobiliarias usan edificios, y eso es justamente lo que se debe evitar a toda
costa. Crear una marca significa DIFERENCIARSE.
4.
Cuando el diseño está mal planteado desde el punto de vista técnico. Una marca diseñada desde la estética subjetiva de
alguien no profesional, genera problemas en la aplicación técnica. En las tintas: no hay manera de
registrar colores, o son muchos o injustificados. En los tamaños: se cierran en las reducciones. En las aplicaciones: esta desproporcionado. Entonces cuesta un
dineral adaptarlo para cada caso durante la vida del mismo. Decimos que se
gastan en implementar un logo unas 15 veces el precio del encargo. Si está mal
hecho puede llegar a 25 veces su precio. Hablo de implementar, no de todo el
ciclo de vida del logo, que es incalculable. No es ninguna tontería que en
cuanto se detecten éste tipo de problemas, se decida rehacerlo con la lección
aprendida, y recurrir a profesionales. Ganamos en imagen y perdemos menos en
aplicaciones y dolores de cabeza. Haga números amigo.
5.
Cuando no se adapta a la diversidad del mercado. Un nombre y un logotipo si está asociado a un
producto o servicio puede dificultar el acceso a otros mercados. Ejemplo: “don
francisco pastas frescas” Un
rediseño abre nuevos caminos para nuevos productos a incorporar. Nadie dice que
mañana sigamos haciendo lo mismo, pero si que el cambio que determinemos pueda
asegurarse que sea con la misma marca, con todo lo bueno que eso conlleva.
6.
Cuando tiene un pasado negativo
si hubo una estrategia fallida. A veces necesitamos generar un cambio interno por
un producto que ha generado quejas. Tuvo que retirarlo, una promoción fallida,
una mala etapa gerencial, y se está en la búsqueda de un re-posicionamiento en
el mercado.
7.
Cuando falta identificación del personal con la marca. Sucede
al renovar recursos humanos. La
falta de identificación de los colaboradores con la marca debe ser prioridad,
esa nueva postura recarga las energías y motiva a nuestros principales
embajadores de la marca, el recurso más preciado: las personas.
Aqui les dejo otro buen ejemplo http://blogs.f1aldia.com/redaccion/f1aldia-renueva-imagen/#cuadro
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